jueves, 19 de mayo de 2016

Castrogonzalo en el Diccionario de Madoz (1845-1850)

Villa con ayuntamiento, en la provincia de Zamora (9 leguas), partido judicial de Benavente (1 legua), diócesis de Astorga (10 leguas), audiencia territorial y capitanía general de Valladolid (14 leguas). Situada en dos laderas, formando una hondonada el centro de la población; divídese en dos barrios llamados de Abajo y de Arriba; aquel le constituye las dos terceras partes de la villa; ocupa la mayor parte de la hondonada y cuenta tres calles que se dirigen al de Arriba; este que por su posición mas elevada es combatido por todos los vientos, ofrece una perspectiva hasta cierto punto deliciosa, pues desde él se distinguen los bosques de Benavente, los ríos Esla, Órbigo y Cea que puede decirse lamen los cimientos de la población, todos los pueblos de la vega de Toral, y los situados en la cordillera que-roza en el citado Esla, desde Valencia de Don Juan hasta Villaveza del Agua: sin embargo de la elevada posición que ocupa, y de su libre ventilación, se observa que sus habitantes no gozan de vida larga, al paso que en el barrio de Abajo se ven personas de 80 y más años. Esta villa debió en lo antiguo ser de mucha importancia, atendido a los escombros que en varias partes se observan; y aun se dice en el país fue ciudad en tiempo de los romanos; pero sin entrar en comentarios, sobre esto de que nada nos dice la historia, pasaremos a determinar el número de casas que actualmente tiene; 195 son en su totalidad; las del barrio de Abajo de un solo piso, limpias y capaces; las del de Arriba también lo son de uno, excepto 4 que tienen dos, y cada una de ellas tres balcones de hierro con fachada de piedra y ladrillos; cada barrio forma 3 calles, terminando todas en un mismo punto, cual es una extensa laguna, que recoge las aguas llovedizas, con tanta abundancia, que es suficiente para dar riego a las labranzas de los habitantes. Hay casa de ayuntamiento; un castillo que según tradición fue conocido con el nombre de Mahunz y ocupado por los moros como su primer baluarte y apoyo para las incursiones que hacían en el reino de León; escuela de primeras letras dotada con 1,000 reales, a que asisten 70 niños de ambos sexos, y dos iglesias parroquiales (Santo Tomas y San Miguel), servidas por dos curas de ingreso y presentación de los vecinos, y un beneficiado ademas en la primera de presentación del procurador síndico general; el edificio de esta es del orden gótico; sus paredes y torre de piedra cantería y las bóvedas de ladrillo por arista; tiene una sola nave con 150 pies geométricos de largo, 110 de ancho y 62 de altura hasta la bóveda; cuenta cinco altares que nada ofrecen de particular, y celebra dos festividades, una el 21 de diciembre y otra el 16 de agosto en conmemoración de San Roque, patrono del pueblo. La iglesia de San Miguel, situada en el barrio de Arriba, en su centro y punto mas alto, es un edificio sólido y del orden dórico; sus paredes hasta la mitad de la altura son de piedra sillería y el resto de ladrillo: las bóvedas de esta misma materia; no tiene hecha mas que la mitad de la torre, sobre la que se formaron precipitadamente cuatro pilastras de ladrillo en sus respectivos ángulos, en cuyos huecos o ventanas se ven colocadas dos campanas regulares y un esquilón: esta imperfección la causó la entrada del ejército francés ocurrida en el año 1808, precisamente cuando se estaba terminando su nueva fundación empezada en 1807 por Antonio Allende, maestro alarife: es de una sola nave con 130 pies geométricos de largo, 45 de ancho y 48 de altura basta la bóveda; cuenta tres altares, el mayor y dos colaterales; antes de la guerra de la Independencia tenia buenas alhajas que se llevaron los franceses. Confina el término N. el despoblado de Piquillos; E. Fuentes de Ropel; S. Castropepe y San Esteban del Molar, y O. Benavente, todos a 3/4 de hora de distancia, excepto Castropepe que lo está 1/2. El terreno es llano por las partes del E., S. y O.; por la del Norte es desigual y nunca de tan buena producción; sin embargo, todo él puede llamarse de primera clase, siendo tal su fortaleza que en años secos, no es posible conseguir que se polvorize sino golpeando los terrones con unos fuertes mazos que usan los labradores para el efecto. Los ríos Cea y Esla cruzan el término; este lame las cárcavas que llaman del Castillo y también las casas del barrio de Abajo, y tiene un puente de piedra sillería de 27 ojos, excepto 4 que volaron los franceses e ingleses en la guerra de la Independencia, que son de madera; unos y otros se conservan en muy bien estado, a pesar de la importancia de su paso, que lo es para todos los transportes y correos generales que de Madrid, Andalucía, Extremadura, etc., se dirigen a Galicia y Asturias: otro puente de madera hay sobre el Cea al N. del pueblo que facilita la comunicación con las dehesas y caseríos de Rubiales, Piquillos, Morales de las Cuevas y Escorriel de Frades. El río Esla es tanto lo que desborda cuando crece que se extiende casi hasta las inmediaciones de Benavente; de las aguas de uno y otro río no hacen uso para riego los vecinos: hay ademas un arroyo de aguas llovedizas que atraviesa el barrio de Abajo y va a desaguar al Esla inmediato al pueblo. Las principales producciones son la de trigo y cebada; también se cosechan granos menores y vino en suficiente cantidad para el consumo: hay dos plantíos de chopos regulares; una hermosa pradera, pasado el puente que lleva el nombre de la población, en que pacen las yuntas de labor y demás ganado mayor, desde el mes de abril basta San Miguel, y de este día al de San Andrés; el lanar, y dos isletas, una formada por los indicados ríos Cea y Esla, abundante en yerbas de pasto, y otra por este último sin producción alguna. El viñedo es muy bueno y de plantío nuevo llamado Verdejo que da un vino gustoso y de vigor; por ahora se encubarán unos 4,000 cántaros, pero dentro de pocos años debe aumentarse considerablemente el número por el mucho fomento que recibe. La caza es de liebres, y la pesca de truchas, barbos y anguilas. Industria: 2 telares de lienzos caseros, Comercio: extracción de lana para las fábricas de Palencia y otros artículos sobrantes. Población: 185 vecinos, 742 almas. Capital Producción: 370,000 reales. Imponible: 42.463. Contribución: 18,630 reales 3 mrs. El presupuesto Municipal asciende a 2,329 reales, 1,080 para gastos de la calzada de Vigo, y 1,219 para demás gastos de ayuntamiento: se cubre con el producto de propios y arbitrios que consisten en dos tabernas, una en el pueblo y otra en el puente, y los rendimientos del río, todo lo cual asciende a unos 19,000 reales. En el día de San Roque, que celebran con misa, sermón y novillos, es costumbre que el ayuntamiento reparta entre sus individuos, cura de la parroquia de Santo Tomás, que es en la que se verifica la función y predicador, una arroba de barbos, otra de truchas y otra de carne de vaca por iguales partes; por la tarde se corren los novillos, y por la noche suele haber algún banquete para los elegantes. Otra costumbre no menos particular se observa en los habitantes de este pueblo, y es, el primer día de Pascua de Resurrección entrega el alcalde el bastón a un mozo, que por los tres días ejerce autoridad, limitada a presidir la comitiva que lleva el predicador de Semana Santa cuando sale, a pedir la aleluya; a esta comitiva compuesta de todos los concejales, incluso el alcalde y cura párroco mas antiguo, se agrega otra compuesta de tantos mozos cuantos son los individuos de ayuntamiento, pidiendo también la aleluya para ellos: no hay vecindad, especialmente las mujeres, que no se esfuerce en darles bollos y huevos, con tal abundancia que suelen reunir hasta un centenar de docenas: esta abundante provisión se ha de consumir con el agregado de mucho vino, cu el baile que se celebra la tarde del mismo día en la plaza pública, acto que preside el ale. Mozo, sentado con otros de su edad en un banco puesto para el efecto: los mozos eligen entre ellos, en presencia del alcalde, y previo su asentimiento, dos o tres cocineros que reducen los huevos a tortillas; estas las reparte el ale., sin mas instrumento cortante que sus dedos, entre las mozas en los intervalos de cada tanda; esta operación va acompañada de sus buenos tragos de vino que anima sobre manera a bailadores y bailadoras. El segundo día de Pascua repite el alcalde con su escolta la vuelta de segunda aleluya, reducida a pedir el coracho, que es un pedazo de tocino y gallinas; por la tarde se repite el mismo baile, pero sin la adición del día anterior; el coracho y gallinas, con otras cosas que agregan, las destinan a obsequiar aquella noche, con abundante cena al cura párroco, predicador y concejales, a cuyo obsequio concurren todos los mozos. El 26 de diciembre de 1808 se dio una reñida acción de caballería en el prado de este pueblo, entre la vanguardia del ejército de Napoleón y la retaguardia del ejército inglés; este había volado el día anterior dos ojos del puente, pero los franceses pasaron el río a nado aunque estaba fuera de madre, y obligaron a los ingleses a batirse; el número de estos era de 2.000 jinetes, y el de aquellos de cerca de 3.000, y a pesar del exceso en el número vencieron los isleños, teniendo la gloria de hacer prisionero al general Lefebre; los franceses repasaron el río con pérdida de muchas gentes arrebatadas por el agua: Napoleón llegó aquella tarde sobre las 3 1/2 a Castrogonzalo, y se alojó en la casa del cura de la iglesia de San Miguel.
Pascual Madoz (1806-1870)


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