11-16 Agosto 2000
Casa de Cultura de Castrogonzalo
Iglesia Parroquial de San Miguel Arcángel
Horario:
Mañanas 12 a 14 h.
Tardes 19 a 21 h.
Este retablo, actualmente situado en el muro occidental de la iglesia de San Miguel, es sin lugar a dudas el principal tesoro artístico con que cuenta la villa zamorana de Castrogonzalo. No obstante, su emplazamiento original estuvo en el presbiterio de la desaparecida iglesia de Santo Tomás. Tiene una longitud de 7,80 metros y una altura de 5,70 metros. El zócalo mide unos 1,30 m. y la coronación del ático tiene otros 1,50 m, con lo que la altura total máxima desde el suelo es aproximadamente de 8,50 metros. Está presidido por dos esculturas: una talla de Santo Tomás Apóstol y otra de San Juan Bautista.
Su estructura arquitectónica consta de un cuerpo bajo: el banco o predela, ocupado por encasamientos, con diez pequeñas imágenes de evangelistas, santos, apóstoles y doctores dela Iglesia. Se distribuye verticalmente en una calle central y cuatro laterales, a las que hay que añadir otras dos calles exteriores, más estrechas, con recuadros a manera de nichos que acogen el resto de tallas, hasta completar el número total de 22. Horizontalmente se distinguen tres cuerpos o pisos. Lo más destacable de todo el conjunto son las 14 tablas policromadas que representan diversos temas del Nuevo Testamento.
En nuestro retablo se pone de manifiesto la influencia conjunta de la pintura hispanoflamenca y la renacentista italiana. Junto a composiciones e iconografía propios de lo flamenco, los personajes se desenvuelven en arquitecturas renacentistas. Pero es el arte de Rafael Sanzio el que deja una mayor impronta. Su influencia se manifiesta en la belleza ideal, en la delicadeza de los gestos, en el suave plegado de los paños y en la suavidad de la luz.
Los primeros datos conocidos sobre la autoría están relacionados con el pintor salmantino Juan de Montejo. En 1559 su viuda, Luisa de Oviedo otorga poder a dos vecinos de Villalpando para que presenten un requerimiento al mayordomo de la iglesia de Castrogonzalo “sobre el pintar del retablo que está comenzado”. Pero el documento que arroja más luz es un contrato firmado entre Luisa de Oviedo y Francisco de Valdecañas el 23 de febrero de 1560. Por él sabemos que el pintor toresano estaba obligado a entregar acabado el dicho retablo para el año siguiente. Francisco de Valdecañas murió sin cumplir finalmente todos sus compromisos. En 1569 Antonio de Salamanca retoma los trabajos. Muy poco, sin embargo, duró esta labor pues debido a una enfermedad traspasa su labor a
Santiago de Remesal, pintor vecino de Valladolid.
Parece claro que la mayor parte de la obra del retablo de Castrogonzalo se hizo estando en vigor el contrato suscrito con Francisco de Valdecañas en 1560. Teniendo en cuenta su fuerte vinculación con el grupo de artistas de Toro, con los que trabaja frecuentemente de forma mancomunada, uno o varios de ellos debieron de intervenir de forma activa. Los nombres de Lorenzo de Ávila y, sobre todo, Juan de Borgoña "El Joven" planean sobre nuestro retablo.
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